domingo, 22 de enero de 2023

En el 800 aniversario de la muerte de al-Šarīšī

Abū l-῾Abbās Aḥmad b. ῾Abd al-Mu’min b. Mūsà b. ῾Īsà b. ῾Abd al-Mu’min al-Qaysī nació en Jerez (¿557=1161-2?, ¿577=1181-2?) y allí murió el 10 ḏū l-ḥiŷŷa 619=14 enero 1223, por lo que este año de 2023 conmemoramos el octavo centenario de su muerte. Fue un importante gramático, lexicógrafo, hombre de letras y maestro, el autor más celebrado de las letras jerezanas de época andalusí. 

En su ciudad natal era conocido como al-Šarīšī. Según Ibn ῾Abd al-Malik, sus paisanos también le llamaban Ibn Mu’min aunque su verdadero laqab fuera Ibn ῾Abd al-Mu’min. En opinión de este mismo autor, es probable que el cambio de nombre se debiera al recelo de la familia del califa ῾Abd al-Mu’min por compartir la šuhra de sus antepasados con otras personas. La fecha de su nacimiento no se conoce a ciencia cierta, pues Muḥammad Abū l-Faḍl Ibrāhīm afirma en la introducción a su edición del Šarḥ Maqāmāt al-Ḥarīrī de al-Ḥarīrī (I, 17-8) (Comentario de las Maqāmāt de al-Ḥarīrī) que nació en 577 (=1181-2), mientras que Kaḥḥālā (Mu‛ŷam, I, 304-5) sostiene que fue en 557 (=1161-2). Si tenemos en cuenta que buena parte de los maestros de Ibn ῾Abd al-Mu’min al-Šarīšī fallecieron en torno a 583 (=1187-8), sería más conveniente datar el nacimiento de nuestro biografiado en el año 557 (=1161-2), como señala Kaḥḥālā.


Como ya hemos apuntado, Ibn ῾Abd al-Mu’min al-Šarīšī es, sin duda, el ulema más conocido de Jerez debido a su Šarḥ Maqāmāt al-Ḥarīrī (Comentario de las Maqāmāt de al-Ḥarīrī), obra que aún hoy en día se estudia en las universidades del mundo árabe. Tal vez resulte pretencioso afirmar que Jerez fue uno de los núcleos destacados en la difusión de esta obra en al-Andalus, pero no es fruto de la casualidad que de allí surgiera la glosa más sobresaliente de las mismas, sobre todo tras la llegada a la ciudad del talaverano ‛Īsà b. Ibrāhīm b. ‛Abd Rabbīh Ibn Ŷahwar, quien alrededor del año 500 (=1106-7) aprendió en Basora del propio al-Ḥarīrī las Maqāmāt. Ibn Ŷahwar murió en Sevilla en 527 (=1132-3), ciudad en la que ejerció de maestro, como antes lo había hecho en Córdoba y Jerez. En esta última población, inició una importante cadena de transmisión (isnād) de las Maqāmāt de al-Ḥarīrī, de la cual el segundo eslabón lo constituyen los personajes siguientes, todos ellos pupilos suyos y, posteriormente, preceptores de Ibn ῾Abd al-Mu’min al-Šarīšī:

- Abū l-Ḥasan ‛Alī b. Aḥmad b. ‛Alī Ibn Lubbāl al-Šarīšī (m. 583=1187-8), destacado gramático y poeta jerezano del que se conservan muchas casidas, que fue cadí de su ciudad y que también escribió un comentario, hoy desaparecido, a la obra de al-Ḥarīrī.

- Abū Bakr Yaḥyà b. ‛Īsà b. ‛Abd al-Raḥmān b. Azhar al-Ḥaŷrī al-Šarīšī (m. 584=1188-9), yerno de Ibn Ŷahwar y cadí y maestro en Jerez, que recibió las Maqāmāt no sólo de su suegro, también de Abū l-Ḥaŷŷāŷ Yūsuf al-Quḍā‛ī al-Undī (m. 542= 1147-8), otro de los principales difusores de la obra en al-Andalus.

- Muḥammad b. Mālik b. Yūsuf b. Mālik, Abū ‛Abd Allāh y Abū Bakr al-Fihrī al-Šarīšī (m. 592 ó 593=1195-6 ó 1196-7), al que Ibn Ŷahwar y Abū l-Ḥaŷŷāŷ Yūsuf al-Quḍā‛ī al-Undī le transmitieron las Maqāmāt de al-Ḥarirī.


En Jerez, Ibn ‛Abd al-Mu’min fue discípulo, además de los anteriores, de Abū l-῾Abbās Ibn ῾Abd al-Wāḥid, y de Abū Bakr Ibn ῾Ubayd al-Saksakī, importante maestro nacido en Arcos, aunque habitante de Jerez, que aprendió en Sevilla y Córdoba con Ibn Baškuwāl (m. 578=1183) e Ibn Quzmān (m. 555=octubre 1160), respectivamente. Al-Saksakī falleció cuatro días después de la batalla de Alarcos, es decir, el domingo 13 de ša‛bān de 591 (=23 de julio de 1195).

Al-Šarīšī completó sus estudios en Sevilla, Ceuta, Algeciras y Fez: en la primera de estas poblaciones, recibió las enseñanzas de Abū Bakr Ibn ʿAbd al-ʿAzīz al-Sulāqī –a quien acompañó durante todo un año–; de Muḥammad b. ʿAlī Ibn al-Murjī (m. 615=1218), de la familia de los Banū l-Murjī, procedentes de Šarāna, en la cora de Sidonia; de Abū l-Ḥasan Naŷaba; o del jerezano Abū ʿAbd Allāh b. Saʿīd Ibn Zarqūn (m. 586=1190-1), con el que aprendió algunas de las obras esenciales para la formación en adab: Al-Kāmil de Mubarrid o los Nawādir de Abū ʿAlī al-Qālī, como él mismo narra en su Šarḥ (III: 444-5). También fue discípulo del hijo de Ibn Zarqūn, Abū l-Ḥusayn Muḥammad b. Muḥammad (621=1224-5); y de Abū l-ʿAbbās Ibn Muḥammad b. Miqdām. En la propia Sevilla y luego en Fez, oyó del mencionado Abū Ḏarr Musʿab b. Muḥammad. En esta última ciudad tuvo también como maestros a Abū l-Ḥasan Ibn ʿAtīq b. Muʾmin; Abū l-Ḥasan Ibn Mūsà b. al-Naqarāt; Abū l-Ḥusayn Yaḥyà b. Muḥammad b. al-Ṣāʾig; Abū ʿAbd Allāh Ibn ʿAbd al-Karīm b. al-Kinānī; y Abū ʿAbd Allāh Ibn ʿAlī b. al-Saqqāṭ. En Ceuta, aprendió de Abū l-Ḥasan Ibn Jarūf; Abū l-Ḥasan Ibn ʿAbd Allāh al-Ḥadramī; Abū l-Ḥusayn Muḥammad b. Aḥmad b. Ŷubayr; Abū l-Ṣabr Ayyūb; Abū l-ʿAbbās Ibn Muḥammad b. Aḥmad al-ʿAzafī; y de Abū l-ʿAbbās Ibn Muḥammad b. ʿAlī b. Ŷahwar al-Layzī al-Fāsī al-Ḥaṣār, al que estuvo muy ligado desde su primer encuentro en Siŷilmāsa. De él escribió al dictado cuando era cadí en Ceuta, y fue éste quien elevó a al-Šarīšī a la dignidad de juez de matrimonios en dicha ciudad. En Algeciras, nuestro biografiado aprendió del jatib Abū l-Ḥasan Ḥāŷiz; y en Córdoba, de Abū Ŷaʿfar Ibn Muḥammad b. Yaḥyà. Viajó a oriente en busca de ciencia, y en Egipto y Siria tuvo maestros diversos, de los que no sabemos nada.

Ibn ʿAbd al-Mu’min al-Šarīšī obtuvo iŷāza de Abū l-Qāsim ʿAbd al-Raḥmān b. ʿĪsà b. al-Malaŷūm, al cual vio en Fez y en Sevilla, aunque no llegó a hablar cara a cara con él. Cuenta Ibn ʿAbd al-Malik que al-Šarīšī recibió asimismo licencia docente de otros maestros a quienes jamás llegó a conocer personalmente, gente del Magreb y de al-Andalus como Abū ʿAbd Allāh Ibn Aḥmad b. ʿAbd Allāh al-Hamadānī, de Algeciras; Abū ʿAbd Allāh Ibn Ibrāhīm b. al-Fajjār, de Málaga; Abū ʿAbd Allāh Ibn ʿAbd al-Ḥaqq al-Tilimānī; Abū ʿAbd Allāh Ibn Qāsim b. ʿAbd al-Karīm; y de maestros de oriente como Abū ʿAbd Allāh Muḥammad b. Muḥammad b. al-Ḥasan al-Rabā’ī al-Karkantī.


Sus semblanzas lo califican como hombre ávido de saber, erudito y transmisor de confianza. Entre sus paisanos era digna de admiración su condición de memorión (ḥāfiẓ) de numerosas obras sobre lengua, ḥadīṯ y literatura, y de toda la poesía preislámica e islámica. Cultivó las bellas letras y, tras su periplo por oriente, regresó a al-Andalus, donde enseñó y tuvo fama como maestro experto en lengua (luga), adab y prosodia (῾arūḍ), tanto en su maŷlis de Jerez como en Murcia y Valencia. En su ciudad natal, algunos de sus discípulos fueron ‛Alī b. Ibrāhīm al-Sakūnī al-Karannānī (m. 660=1261-2), natural de la alquería jerezana de Karannāna (Grañina, hoy perteneciente a El Puerto de Santa María); Abū Isḥāq Ibrāhīm al-Būnasī (o al-Burnusī), nacido en Būnas, aldea jerezana (aunque hay quien lo hace originario de Bornos) autor del Kanz al-kuttāb wa-muntajab al-ādāb (Tesoro de los secretarios y selección literaria), fallecido en 651 (=1253-4); Abū l-Qāsim ‛Īsà b. Yaḥyà b. Azhar (m. 637=1239-40), hijo de Yaḥyà b. ‛Īsà, maestro del propio al-Šarīšī; y el conocido ulema y cadí sevillano Abū l-Ḥasan Ibn Muḥammad al-Ruʿaynī (m. 24 ramaḍān 666=7 junio 1268), quien el año 615 (=1218-9) estuvo en Jerez aprendiendo de algunos de sus ulemas, y al que Ibn ʿAbd al-Mu’min al-Šarīšī concedió iŷāza de toda su obra.

Abū ʿAbd Allāh Ibn al-Abbār (m. 21 muḥarram 658=6 enero 1260) relata cómo se encontró con al-Šarīšī en casa de su maestro Abū l-Ḥasan b. Ḥarīq de Valencia, antes de marcharse Ibn al-Abbar a Sevilla, en el año 616 (=1219-20). En aquel momento, al-Šarīšī le leía a Ibn Ḥarīq su comentario de las Maqāmāt, que Ibn al-Abbār oyó en parte, e Ibn ʿAbd al-Mu’min al-Šarīšī le dio la iŷāza del resto del comentario y de toda su enseñanza y obra. Ibn al-Abbār volvió a encontrarse con él después de que al-Šarīšī volviera de Murcia, donde también ejerció la docencia. Otros discípulos de Ibn ʿAbd al-Mu’min al-Šarīšī que citan las fuentes son Abū l-ʿAbbās Ibn Yūsuf b. Fartūn y Abū ʿAlī al-Ḥasan b. ʿAlī al-Māqirī, al que encontró en Marrakeš. Algunos de los personajes que transmitieron de él por iŷāza fueron Abū Bakr Ibn Aḥmad b. al-Banāʾ al-Kātib, y Abū l-Ḥasan Ibn Yaḥyà b. ʿImrīl al-Kinānī b. al-Fajjār.

Ibn ʿAbd al-Mu’min al-Šarīšī murió en Jerez, el 10 de ū l-ḥiŷŷa del año 619 (=domingo 14 de enero de 1223).

Escribió diversas obras, pero sin duda la más difundida y estudiada es su Šarḥ Maqāmāt al-Ḥarīrī (Comentario de las Maqāmāt de al-Ḥarīrī), obra dedicada al califa almohade al-Manṣūr (m. 595=1199), lo que delata no sólo el fructífero mecenazgo intelectual de la dinastía, sino también la cercanía al poder de Ibn ῾Abd al-Mu’min al-Šarīšī. Según Ibn al-Abbār, el comentario se componía en realidad de tres versiones: una extensa en la que su autor se jacta explicando su sentido literario, otra mediana en la que hace una selección de la anterior, y una breve, en la que se limita a comentar sus aspectos lingüísticos. Las Maqāmāt de al-Ḥarīrī pronto obtuvieron mayor notoriedad que las de su predecesor al-Hamaḏānī y, sobre todo en al-Andalus, fueron usadas recurrentemente como modelo para el estudio de la gramática y las bellas letras, por lo cual necesitaban rigurosos comentarios que aclararan los aspectos más singulares u oscuros de la lengua de las mismas. Buena parte de los diccionarios biográficos las citan entre los libros y materias que los maestros transmitían y enseñaban a sus alumnos, y fueron varios los andalusíes que las oyeron del propio al-Ḥarīrī en su maŷlis de Bagdad. Uno de ellos fue el ya mencionado ‛Īsà b. Ibrāhīm b. ‛Abd Rabbīh Ibn Ŷahwar de Talavera que comenzó en Jerez una cadena de transmisión (isnād) de las mismas de la que se hace eco el propio al-Šarīšī en la introducción a su magno comentario (Šarḥ, I: 5-6):

 El primero del que tomé su transmisión y de quien aprendí [las Maqāmāt] en mi ciudad, fue el maestro, alfaquí y almocrí Abū Bakr Ibn Azhar al-Ḥaŷrī. Me instruyó en ellas a partir de la enseñanza de su suegro, el alfaquí, tradicionista y rāwiya Abū l-Qāsim Ibn ‛Abd Rabbih al-Qaysī, conocido por Ibn Ŷahwar quien, a su vez, las había recogido de su autor, Abū Muḥammad al-Ḥarīrī. También en mi ciudad me las transmitió el alfaquí y transmisor (rāwiya) Abū Bakr Ibn Mālik al-Fihrī, que las aprendió del mencionado Ibn Ŷahwar y del maestro y alfaquí Abū l-Ḥaŷŷāŷ al-Ubbaḏī al-Quḍā‛ī, ambos a su vez de Abū Muḥammad al-Ḥarīrī. También me las transmitió el maestro, alfaquí y tradicionista Abū Muḥammad ‛Abd Allāh b. Muḥammad Ibn ‛Abd Allāh al-Ḥaŷrī, con autorización de al-Qūḍā‛ī, y el kātib y asceta Abū l-Ḥusayn Ibn Ŷubayr [m. 614=1217-8], que las tomó del maestro al-Ŷalīl Barakāt b. Ibrāhīm b. āhir b. Barakāt al-Qurašī, conocido por al-Jušū‛ī [m. 598=1201-2], que las recibió de al-Ḥarīrī. Del mismo modo, me las transmitió el maestro y alfaquí Abū Ḏarr Mu῾ab b. Muḥammad b. Mas‛ūdī al-Jušānī que, tras estudiar –Dios lo bendiga- este comentario, lo autorizó […]

Aunque reconoce en el mismo prólogo de su Šarḥ que se basa en los comentarios de al-Fanŷadīhī e Ibn Ẓafar, al-Šarīšī afirma también que en su obra va a ofrecer una nueva exposición basada en la revisión de los datos anteriores con un mayor rigor y espíritu científico. La intención de su comentario estará centrada, pues, en despejar la ambigüedad de las palabras, concordar los dichos con quienes los dijeron, explicar los nombres de lugar aparecidos en las Maqāmāt, así como los refranes y genealogías, y dar cumplida referencia de los relatos inacabados.

El texto se compone de las cincuenta maqāmāt de al-Ḥarīrī seccionadas en diferentes fragmentos, sin un orden preciso ni preestablecido, tras los cuales al-Šarīšī introduce sus glosas, bien para aclarar los términos de peor comprensión o interpretación, bien para exponer con ejemplos extraídos de obras poéticas o en prosa (cuentos, anécdotas, relatos, etc.) el uso que otros autores han dado a ciertas expresiones, palabras o asuntos tratados por al-Ḥarīrī en algún fragmento de su composición. En estas explicaciones o comentarios, al-Šarīšī aprovechará para alardear de su saber en disciplinas como la gramática, la ortografía, la lengua, la retórica o las bellas letras en general. Para ello, a lo largo del texto aparecen secciones destinadas a aclarar referencias del corpus de al-Ḥarīrī y alguna otra que servirá para instruir al lector sobre prosodia o, incluso, tratamiento del léxico. De este modo, al-Šarīšī nos ofrece un compendio breve de cuestiones relacionadas con la métrica y las figuras literarias (II: 552-97) y, por ejemplo, su particular teoría del plagio (II: 555-64). Con todo, lo más interesante de los comentarios de al-Šarīšī va a radicar en los cuentos y relatos que introduce para ilustrar algunas de sus explicaciones gramaticales, léxicas o literarias. Es curioso que no haya demasiados ejemplos relacionados con la literatura andalusí y sus autores, pero muchos de los que hay están ligados a su ciudad de Jerez y a dos de sus maestros, Ibn Lubbāl, del que recopila diferentes versos, y Abū ‛Abd Allāh Ibn Zarqūn, protagonista de un curioso diálogo entre él y el sevillano Abū Bakr Ibn al-‛Arabī (m. ¿543=1148?), que contiene un interesante intercambio de hemistiquios con temática jerezana.

Para saber más: 

lunes, 16 de enero de 2023

Una anécdota de al-Šarīšī a propósito del estornudo

Ahora que estamos en enero, pleno invierno, y los virus no dejan de acosarnos y atacarnos, conviene recordar lo que, en su comentario a la maqāma XXII (Šarḥed. Muḥammad Abū l-Faḍl Ibrāhīm III 53-4), narra al-Šarīšī acerca de lo que dijo el Profeta Muḥammad a propósito del estornudo: 

Cuando uno de vosotros estornude debe declamar al-ḥamdu li-l-lāh (alabado sea Dios), y el que le desee salud: yarḥamu-ka l-lāh (¡Dios se apiade de ti!), y de nuevo el primero responder [a modo de agradecimiento]: yuhdī-kumu l-lāh wa-yalaḥu bi-l-kum (Dios os guíe por la senda correcta y sea la paz con vosotros).

 Para luego añadir la anécdota siguiente:

 Uno de los relatos más curiosos sobre el estornudo es el de un sufí de mi ciudad que sabía de memoria mucha poesía, y en cuya aula (maŷlis) no se pasaba una idea por alto sin que sobre ella se compusiera un verso. Y sucedió que un hombre estornudó en su presencia y los presentes le desearon salud, pues [antes] él los había bendecido. Y vio el sufí que si él también decía salud debía interrumpir su recitación, lo que no le parecía correcto, pero que, de no hacerlo, estaría cometiendo una falta de piedad y cortesía. Entonces, rogó a sus discipulos que alguno de ellos pusiera en verso este pensamiento. Y dijo el noble visir Abu ῾Amr Ibn Muḥammad [Ibn Giyā al-Šarīšī]:

¡Oh tú que estornudas, salud, pues proclamas la alabanza a Dios!
Ruega con la más pura de las intenciones que perdonemos a nuestro maestro
y dile: ¡mi bendición se dirige a todos los que nos encontramos en tu presencia!
Así, oh señor de la generosidad y del generoso, que Dios honre a tu concurrencia,
y si de ti oímos “salud”, serás por ello digno de alabanza.





domingo, 8 de enero de 2023

La alquería de Šarāna y los Banū l-Murjī (y III)

1.5. Abū l-Hakam ‛Alī b. Muhammad b. ‛Abd al-Malik b. ‛Abd al-‛Azīz b. Muhammad b. al-Husayn b. Kumayl/Kamīl b. ‛Abd al-‛Azīz b. Hārūn al-Lajmī al-Qurtubī al-Išbīlī Ibn al-Murjī

Nació en Córdoba, ciudad en la que su familia se había establecido. En cuanto a la fecha de su venida al mundo, sólo Ibn Dihya la facilita por boca del propio Abū l-Hakam, quien le confesó que lo hizo a finales del año 519 (=enero 1126). Vivió también en Sevilla, donde fue instruido por alguno de sus ulemas.

Entre sus maestros las fuentes señalan a su padre, Abū Bakr Muhammad Ibn al-Murjī, y al primo de éste, Abū Ŷa‛far Ahmad Ibn al-Murjī. Otros de sus preceptores fueron Abū l-Hasan Ibn Mugīt (m. 532=1197-8), Abū l-Qāsim Ibn Ridā (m. 545=1150-1) y Abū ‛Abd Allāh Ibn Makkī. Recibió además la iŷāza de Abū l-Hasan Šurayh Ibn Muhammad y del cadí y tradicionista sevillano Abū Bakr Ibn al-‛Arabī (m. 543=1148).

De sus discípulos conocemos a su hijo, Abū Bakr Muhammad b. ‛Alī, y a Abū Sulaymān Ibn Tawd Allāh (m. 621=1224), a los que concedió la iŷāza en šawwāl del año 579 (=17 enero–14 febrero 1183-4). Otro de sus pupilos destacados fue el valenciano Ibn Dihya, quien oyó de Abū l-Hakam alguna de sus obras y, asimismo, recibió de él la licencia docente junto a su hermano Abū ‛Amr.

Ibn ‛Abd al-Malik lo describe como hombre de amplia sabiduría, conocedor de las bellas letras y versado en ciencia religiosa, orador y secretario virtuoso, visir excelso, magnánimo y de elevada moralidad. Fue quizás su carácter soberbio y orgulloso lo que le hizo perder el favor del califa almohade Abū Ya‛qūb (m. 18 rabī‛ II 580=29 julio 1184), a cuyo servicio estuvo algún tiempo. Cuenta el mismo Ibn ‛Abd al-Malik que durante un asedio a Sevilla –probablemente tras la ofensiva que sufrió la ciudad el año 553 (=1158) por las tropas de Ibn Mardanīš–, Abū Ya‛qūb prohibió a su gente, apostada en un campamento a las afueras de Sevilla, que entrara en ella. Al parecer, Abū l-Hakam hizo caso omiso a esta orden y, desobedeciendo a su señor, penetró en la capital atacada. Tamaña afrenta sólo sirvió para que Abū Ya‛qūb lo destituyera y no lo volviera a admitir en la real cancillería. En fecha desconocida y por motivos que no se especifican, se trasladó a Marraquech y allí murió el año 584 (=1188-9).

De las obras que escribió conocemos dos títulos: Uno de ellos reza Awhām Ibn Qutayba fī l-Ma‛ārif (Infundios de Ibn Qutayba en los Ma‛ārif), obra de la que nos da noticia Ibn Dihya, quien la oyó de su autor. Por lo que deducimos del título, Abū l-Hakam no estaba de acuerdo con muchas de las opiniones que Ibn Qutayba (m. 276=889-90) había vertido en sus Al-Ma‛ārif fī dikr ajbār al-rusūl wa-l-sahāba wa-l-julafā’ (Conocimientos de las tradiciones sobre el Profeta, sus compañeros y los califas que le sucedieron).

El otro es su Istidrāk ‛alà Mu‛ŷam mā ista‛ŷama min asmā’ al-bilād wa-l-mawādi‛ li-l-wazīr Abī ‛Ubayd al-Bakrī (Corrección al Diccionario de los nombres confusos de los países y las localidades del visir Abū ‛Ubayd al-Bakrī). Ibn Dihya dice haber aprendido con el propio Abū l-Hakam esta obra que corrige o aclara alguno de los aspectos del diccionario de Abū ‛Ubayd al-Bakrī (m. 487=1094-5). Este texto, en palabras de Ibn Dihya, contenía unos cuatrocientos nombres o entradas geográficas referentes a muchos de los topónimos que aparecen en libros clásicos y cuya localización y explicación los poetas y sabios andalusíes tenían interés en conocer.



1.6. Abū Bakr Muhammad b. ‛Alī b. Muhammad b. ‛Abd al-Malik b. ‛Abd al-‛Azīz b. Muhammad b. al-Husayn b. Kumayl/Kamīl b. ‛Abd al-‛Azīz b. Hārūn al-Lajmī al-Išbīlī Ibn al-Murjī

Nacido en Sevilla en fecha que desconocemos, aprendió de su padre, Abū l-Hakam ‛Alī y de Abū l-‛Abbās Ibn Sayyid al-Liss. Dice al-Ru‛aynī que las transmisiones de Abū Bakr eran escasas, pero sus discípulos no fueron pocos, destacando entre ellos Abū Ishāq Ibn Muhammad al-Awsī al-Dabbāg, Abū Bakr Ibn Hišām, Abū l-Hasan al-Dabbāŷ, Abū l-Hasan al-Ru‛aynī (m. 666=1268), Abū l-Hakam Ibn Barraŷān, Abū l-Jattāb Ibn Jalīl (m. 652=1254) y su hermano Abū ‛Umar Ibn Jalīl (m. 646=1248-9), Abū ‛Abd Allāh al-Rundī al-Muslahim, Abū l-‛Abbās Ibn ‛Abd al-Mu’min al-Šarīšī (m. 619=1223), autor de un celebrado Šarh Maqāmāt al-Harīrī (Comentario a las Maqāmāt de al-Harīrī) y Abū ‛Amr Hakam b. Ibrāhīm b. Muhammad al-Gassānī.

Calificado como buen poeta, eminente secretario y háfiz de las bellas letras, Abū Bakr cultivó además la prosa y sobresalió por sus conocimientos de lexicografía, retórica y ciencias de la religión. Sirvió a varios califas almohades: junto a su padre en la cancillería de Abū Ya‛qūb Yūsuf (m. 580=1184); posteriormente, a los hijos de éste, Abū Yahyà Ibn Abī Ya‛qūb y Abū Yūsuf Ya‛qūb al-Mansūr (m. 595=1199); y, por último, a Abū ‛Abd Allāh Muhammad al-Nāsir (m. 610=1213).

Mantuvo una estrecha relación con otros secretarios sevillanos, caso de Abū l-Hasan Ibn Zayd o Abū l-‛Abbās Ibn al-Bintuh y, del mismo modo, fue amigo de Abū Muhammad ‛Abd al-Kabīr y de Abū Zayd al-Fāzāzī, quienes le dedicaron numerosos elogios. Murió probablemente en Sevilla, el 11 de rabī‛ II del año 615 (=7 julio 1218). También se da como fecha de su fallecimiento el 616 (=1219-20).

De las numerosas obras que escribió conocemos su Bugyat al-murtabit wa-durrat al-multaqit (Deseo cumplido del que está atado y perla del que recoge), libro dedicado a describir las condiciones y características del caballo. Ibn ‛Abd al-Malik es quien da el título completo de esta obra, escrita para el califa almohade Abū ‛Abd Allāh Muhammad al-Nāsir.

Otro de sus trabajos es el Kitāb hilyat al-adīb fī ijtisār al-Garīb al-musannaf (Libro sobre el ornamento literario, resumen del Tratado temático de los términos extraños). Se trata de un epítome de la obra al-Garīb al-musannaf, de Abū ‛Ubayd al-Qāsim al-Harawī (m. 223=837). Dice al-Ru‛aynī que Abū Bakr se la dedicó al califa Abū Yūsuf Ya‛qūb al-Mansūr antes de que éste subiera al trono, el año 580 (=1184). El mismo al-Ru‛ayni nos facilita la cadena de transmisión de la obra de al-Harawī diciendo que Abū Bakr la recibió, por mediación de su padre, de su abuelo, Muhammad b. ‛Abd al-Malik, quien a su vez la tomó de Abū ‛Ubayd al-Bakrī, éste de Abū Marwān Ibn Hayyān, que la transmitió de Abū ‛Umar Ahmad b. Abī l-Habbāb, que la había recogido de Abū ‛Alī Ismā‛īl b. al-Qāsim al-Bagdādī, éste de Abū Bakr Ibn al-Anbārī, que la recibió de su padre y éste de al-Tūsī, quien la aprendió de su autor, Abū ‛Ubayd al-Qāsim al-Harawī.

Nos han llegado también referencias de su Ijtisār fī Kitāb al-yatīma (Compendio del libro de la perla única), de la que sólo se da el nombre, sin que sepamos nada sobre el contenido de la misma. En cuanto a su poesía, el parecer de los biógrafos es que Abū Bakr era un buen poeta, pero su producción resulta escasa a la luz de lo poco que se ha conservado de él, apenas una casida que dan a conocer Ibn al-Abbār, al-Safadī y al-Suyūtī.



2. Conclusiones

Las biografías de los miembros de esta familia de origen jerezano, los Banū l-Murjī, ponen de manifiesto el papel que éstos jugaron en la historia política y literaria de al-Andalus. Conviene destacar, por tanto la continua presencia de los Banū l-Murjī en las diferentes cancillerías reales entre los siglos XI y XIII, fecha a partir de la cual dejamos de tener noticias acerca de este linaje. En cuanto a las alusiones a la alquería de Jarana, éstas son escasas y se limitan a señalar el origen de estos Banū l-Murjī, sin entrar en descripciones o valoraciones del lugar.

El miembro más sobresaliente de los Banū l-Murjī es, sin duda, Abū Bakr Muhammad b. ‛Abd al-Malik, sobre todo porque alguno de sus versos y un buen número de escritos suyos merecieron la consideración de autores de la talla de Ibn Bassām y al-Isfahānī. En orden de importancia hallamos a su nieto, Abū Bakr Muhammad b. ‛Alī –que fue maestro en Sevilla del afamado comentador de las Maqāmāt de al-Harīrī y gramático, el jerezano Abū l-‛Abbās Ibn ‛Abd al-Mu’min al-Šarīšī (m. 619=1223)– y al padre de aquél, Abū l-Hakam ‛Alī b. Muhammad, de los que nos han llegado algunos fragmentos poéticos y el título de los libros que escribieron. Con todo, no tenemos constancia de ninguna de las risālas que redactarían durante el ejercicio de su oficio como secretarios de los califas almohades. Una de las obras de esta época, recientemente editada y que reúne una importante colección de documentos de visires y escribanos, no los menciona, aunque es pertinente añadir que de ella sólo se conserva el primer volumen de los dos que la componían. Se trata del Kanz al-kuttāb wa-muntajab al-ādāb (Tesoro de los secretarios y fragmentos literarios escogidos) de otro jerezano, Abū Ishāq Ibrāhīm b. Abī l-Hasan 'Alī b. Ahmad b. 'Alī al-Fihrī al-Šarīšī, natural de la alquería de Būnas.

Para saber más: