1. Obras históricas
Conviene
aclarar que Šiḏūna era el nombre de la ciudad con que también era conocida
la cora en la que se asentó parte del ŷund sirio de Palestina a mediados
del siglo VIII, y que abarcaba el centro y norte de la actual provincia de
Cádiz, desde el río Barbate, que la separaba de la de Algeciras por el sur,
hasta la línea que, desde Lebrija hacia Šillibār (Geribel, Montellano),
por el norte, la dividía de las coras de Morón, Sevilla y Niebla, actuando como
fronteras naturales a este y oeste, respectivamente, la serranía de Ronda,
donde comenzaba la cora de Takurunna, y el océano Atlántico.
Según algunos autores, en el momento de la conquista de Hispania toda esta
región, junto a la de la posterior cora de Algeciras, era conocida como rīf
Šiḏūna o Šiḏūna, antes de su división, lo que llevaría a diversos
cronistas y geógrafos a la imprecisa localización de muchos topónimos en una u
otra región, como parece deducirse de algunas de las narraciones sobre la
batalla.
Con todo,
a partir del siglo X, la mayoría de autores y obras, partiendo de Ibn al-Qūṭiyya y de Aḥmad al-Rāzī,
coinciden en la ubicación de la batalla a orillas del río (wādī o nahr)
Lakka, en el distrito de Šiḏūna. Si bien la excepción la marcan
los Ajbār maŷmū‘a, del siglo XI, que afirman que el encuentro entre Rodrigo
y Tāriq tuvo lugar en un lugar de Algeciras llamado al-Buḥayra[7],
e Ibn Ḥayyān, que dice que fue en el wādī Lakka, también de la
tierra de Algeciras,
la anónima Fatḥ al-Andalus, redactada entre los siglos XI y XII, detalla
cómo “el rey Luḏrīq (Rodrigo) […], tras movilizar a la gente de su reino, salió
hacia la zona de Algeciras […] y de este modo llegó a acampar ante el wādī Lakka, en la cora de
Sidonia […]. Los musulmanes se pusieron en marcha con su ejército e hicieron
alto cerca del de Luḏrīq, a orillas del wādī Lakka”. La contienda
se prolongó siete días, según esta misma crónica, hasta que “Dios dio la
victoria a los musulmanes […], mientras que Luḏrīq huyó a un lugar al que
llaman al-Sawānī […]”.
Este último nombre aparece también en el relato de Ibn al-Šabbāt (s. XIII), que
afirma que Rodrigo, al tener noticia del desembarco de Tāriq en al-Andalus,
“reunió a las gentes de su reino, y partió del alcázar de Córdoba hacia la
región de Algeciras […]”, avanzando con su hueste “hasta descender al wādī
Lakka, en la cora de Šiḏūna […]”. Tras la batalla, Rodrigo,
“tratando de salvarse, escapó hacia un lugar llamado al-Sawāqī […]”.
Otras obras
de entre los siglos XII-XIII, como Al-Kāmil fī l-Taʼrīj del oriental Ibn
al-Atīr,
la Ḥullat al-Siyārāʼ del valenciano Ibn al-Abbār,
así como la geografía de al-Zuhrī,
afirman igualmente que el choque entre los ejércitos de Rodrigo y Tāriq tuvo
lugar en el río Lakka, en el territorio de Šiḏūna. Curiosamente, en
su edición de la Ḥulla, Hussain Monés corrige la expresión nahr Lakka
del manuscrito original por nahr Lakko, seguramente por la influyente
corriente que, desde el XIX, identificaba Lakka con al-Buḥayra para
llevar el escenario de la batalla a la laguna de La Janda, en la comarca del
mismo nombre, junto a Vejer de la Frontera y Barbate.
Con todo, la
obra De rebus
Hispaniae del
arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada (1170-1247), recogerá, entre otras
noticias de fuentes diversas, la tradición cronística árabe para señalar que el
rey Rodrigo, “después de reunir a todos los godos salió al paso de los árabes y
se apresuró con valentía a detenerlos. Y habiendo llegado al río que se llama
Guadalete (Vedelac en la mayoría de manuscritos, Vadalac en otros),
cerca de Asidona, que ahora es Jerez, el ejército africano acampó en la
otra orilla”.
Este texto será utilizado por la Primera Crónica General de Alfonso X,
en la que leemos también que el rey Rodrigo “ayuntó todos los godos que con ell
eran; et fue mucho atreuudamientre contra ellos, et fallólos en el río que
dizen Guadalet, que es acerca de la cibdad de Assidonna, la que
agora dizen Xerez. E los cristianos estauan aquend el río et los moros
allende, pero algunos dizen que fue esta batalla en el campo de Sangonera, que
es entre Murcia et Lorca”.
Las
fuentes árabes redactadas durante el siglo XIV continuarán recogiendo esta
información de la refriega entre cristianos y musulmanes junto al wādī Lakka
del distrito de Šiḏūna, desde al-Nuwayrī hasta Ibn al-Jaṭīb e Ibn Jaldūn, quien la sitúa concretamente en el alfoz de Šarīš (Jerez
de la Frontera).
Ibn ῾Iḏārī y la anónima Ḏikr bilād al-Andalus omiten ese dato y hablan
de un indeterminado wādī l-tīn en el que Rodrigo se ahogó tras
escapar del enemigo.
Por su parte, el historiador norteafricano al-Maqqarī (XVI-XVII) recoge en su Nafḥ
al-ṭīb las versiones de autores diversos y así, a partir de ellas, afirma que
el encuentro entre Rodrigo y Tāriq “fue en el wādī Lakka, de la
cora de Sidonia” y, líneas más adelante, que “ambos ejércitos se enfrentaron en la
laguna (al-buḥayra)”.
En definitiva, el lugar donde los ejércitos musulmán y visigodo se enfrentaron parece diáfano en la cronística árabe. Como acabamos de comprobar, la mayoría de obras lo emplazan en la cora (kūra o a῾māl) de Šiḏūna (Sidonia) junto al río (wādī o nahr) Lakka. Sólo los Futūḥ lo ubican en el wādī Umm Ḥakīm, también de la provincia de Šiḏūna, y los Ajbār en la al-buḥayra de al-Ŷazīrat al-Jaḍrā’ (Algeciras), misma demarcación en la que Ibn Ḥayyān localiza el wādī Lakka. Ibn Jaldūn, por su parte, sitúa la batalla en el “alfoz de Jerez (faḥṣ Šarīš), y otros autores como el anónimo del Ḏikr o Ibn ῾Iḏārī hacen morir a Rodrigo en un wādī l-ṭīn indeterminado, mientras que otros relacionan su desaparición con el lugar llamado al-Sawānī/al-Sawāqī. Según el Fatḥ e Ibn al-Šabbāṭ, la ofensiva sucedió en el wādī Lakka, de la tierra de Šiḏūna, en el camino de Rodrigo y sus huestes desde Toledo hacia el sur, concretamente a la región de Algeciras, afirmación similar a la de la Crónica mozárabe, que narra cómo Rodrigo fue al encuentro del enemigo musulmán “a los transductinis promonturiis”.
2. Obras
geográficas
Conviene también
hacer relación de algunas obras geográficas árabes en las que se mencionan y
distinguen algunos de los topónimos que aparecen en el relato de la conquista y
que se han confundido entre sí, con mayor o menor intención, para trasladar el
escenario de los acontecimientos a la comarca de La Janda y la región de
Algeciras. Ya hemos señalado que, en diversas ediciones y traducciones de
algunas fuentes árabes, la lectura y transcripción de los nombres Lakka
y wādī Lakka aparecen cambiados en Lakko y wādī Lakko para
hacerlos equivalentes al latino lacus (“lago, laguna”) y al topónimo al-Buḥayra,
ciudad o región de la cora de Algeciras, frontera con la de Šiḏūna, identificada con la antigua laguna de
La Janda.
Esta al-Buḥayra,
término que en árabe designa, efectivamente, a un lago o laguna, y que en
castellano ha dado el arabismo “albufera”, la describe y localiza junto al río Barbāṭ
(actual Barbate) el geógrafo al-‛Uḏrī (s. XI) de la siguiente manera:
“La ciudad de al-Buḥayra es un territorio agrícola y ganadero, de palmeras y de cría animal. El río Barbāṭ es el río que está en Šiḏūna. Los habitantes de Al-Ándalus se refugiaron en él durante algunos años de escasez, conocidos como los años del Barbāṭ, pues la gente se trasladó allí y se benefició de su fertilidad. El origen de este río proviene de la montaña conocida como Munt Šīt. Cuando el río Barbāṭ fluye con fuerza hacia al-Buḥayra, se hace difícil [...].”
Esta
descripción, interrumpida en ese punto en el manuscrito original, aparece de un
modo similar en al-Rāzī, quien señala que, en el término de Algeciras, se halla
una “grand
laguna (al-buḥayra), e es tierra de buena sementera e de muy buena criança.
E yaze sobre el rrio de Barbate”.
Otras obras redundan en lo mismo y, de este modo, leemos en el Ḏikr que
en las cercanías de Algeciras se halla “al-Buḥayra […] tierra agrícola,
ganadera y muy apropiada para la cría de abejas y animales”,
análoga descripción a la que hace Ibn Gālib, que añade, además, que el linde de
la cora de Algeciras lo marca el Barbate (Barbāṭ), que rodea a al-Buḥayra,
región limítrofe con la jurisdicción de Sidonia.
Aunque este río suele citarse como frontera entre las coras de Algeciras y
Sidonia, al-Rāzī y otros autores como Yāqūt, lo sitúan en esta última.
El enclave es mencionado también por Ibn al-Faraḍī en la biografía del alfaquí
Abū Isḥāq Ibrāhīm b. Qays (m. 360=971-2) de la gente de Sidonia, del que
nuestro autor dice que era habitante de al-Buḥayra,
probablemente la ciudad que describe al-‛Uḏrī en la región del mismo nombre y
cuya identificación presenta no pocas dificultades como veremos más adelante.
Por su
parte, tanto la Nuzha como el Uns del ceutí al-Idrīsī (s.
XII) recogen, en el camino de la costa entre Algeciras y Sevilla, los nombres
de los ríos Barbāṭ y Bakka, este último fácilmente identificable
con el Salado de Conil, entre esta población y la de la también llamada Bakka
(Becca, ruinas próximas a los actuales Caños de Meca), al sur del
estrecho de Sant Bāṭar (Sancti Petri, punta del Boquerón, San Fernando,
junto a Chiclana). Además, en la vía terrestre que unía aquellas dos mismas
ciudades, al-Idrīsī cita el lugar de Bakkat Qamarāt y, más al norte, el wādī
Lakka, río a tan sólo cuatro millas de Šarīš (Jerez de la
Frontera).
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